Director de Raddar
Conoce el InvitadoCuando pensamos en la industria de la moda, pocas veces la asociamos con productos básicos como la papa. Sin embargo, según Camilo Herrera, fundador de Radar y experto en análisis de consumo, la relación entre el precio de este alimento y la venta de ropa es más directa de lo que parece. La papa es un producto de alta rotación en la canasta básica de los colombianos y, cuando su precio sube, el presupuesto para otros bienes, como la ropa, disminuye.
Un mercado en tres dimensiones: corto, mediano y largo plazo
Corto plazo: Las ventas han caído y los inventarios se han acumulado. La incertidumbre económica y la menor capacidad de compra hacen que los consumidores sean más cautelosos.
Mediano plazo: La industria sigue produciendo más prendas y textiles que en 2019, aunque con márgenes de ganancia menores. Factores como la inflación y el alza en costos de producción han impactado el negocio.
Largo plazo: El sector ha demostrado una capacidad de recuperación impresionante. A pesar de crisis como el cierre del mercado venezolano, las marcas colombianas han aprendido a desarrollar estrategias más sostenibles y diferenciadas.
La inflación en el vestuario ha sido históricamente baja en Colombia, pero en 2023 y 2024 ha aumentado. Entre los factores que afectan los precios están:
- Aumento en costos de producción (devaluación, petróleo, algodón, energía).
- Aranceles impuestos a la importación de textiles.
- Cambios en los hábitos de consumo postpandemia.
A pesar de esto, los consumidores no necesariamente buscan precios más bajos, sino oportunidades de compra. Según Radar, los compradores se dividen en tres tipos:
Cazadores de promociones: Buscan descuentos y ofertas constantes.
Cazadores de oportunidades: Conocen los ciclos de compra y saben cuándo y dónde comprar.
Cazadores de valor: No se preocupan por el precio, sino por la calidad y el diseño.
La llegada de grandes cadenas de moda rápida como H&M y la posible incursión de SHEIN han encendido las alarmas en la industria. Estas marcas ofrecen precios competitivos y ciclos de producción rápidos, lo que representa un reto para las marcas locales.
Sin embargo, según Herrera, las marcas colombianas pueden diferenciarse apostando por:
Calidad sobre cantidad: La producción en masa puede ser rentable, pero la diferenciación a través de diseño y materiales premium es clave.
Experiencia del cliente: Desde la atención en tienda hasta el empaque, cada punto de contacto con el consumidor debe reforzar la identidad de la marca.
Sostenibilidad: Las marcas que apuesten por producción responsable y materiales ecológicos tendrán una ventaja competitiva a futuro.
En la actualidad, los diseñadores no solo crean tendencias, también responden a ellas. La moda ya no se impone desde las pasarelas, sino que se adapta rápidamente a la demanda del consumidor.
Estrategias clave para diseñadores y marcas:
Diseño basado en datos: Analizar tendencias de consumo para desarrollar productos que respondan a la demanda real.
Moda circular: Diseñar prendas con materiales reciclados y procesos sostenibles.
Omnicanalidad: Integrar la experiencia física y digital para facilitar la compra y fidelizar clientes.
El mercado de la moda en Colombia está en una constante transformación. El envejecimiento de la población, la búsqueda de identidad y el impacto ambiental son factores que marcarán el futuro del sector.
Conclusión: Las empresas que entiendan cómo conectar con el consumidor, innovar en su propuesta de valor y adaptarse a los cambios económicos serán las que lideren el mercado. La moda ya no es solo ropa, es una declaración de estilo, conciencia y estrategia.